A lo largo del tiempo, como Argentinos fuimos encargados de llevar la política a nuevos espacios. Fuimos pioneros en debates abstractos, generamos discusiones de todo tipo contemplando todos los aspectos y aristas que un tema puede encontrar. Así y todo íbamos olvidando gran parte de nuestra gente. Así y todo nos íbamos blindando del otro.
Así y todo, conseguimos ser de mente abierta pero tan cerrados para no entender que hoy no es ayer, para no entender que somos muy distintos y debemos vivir juntos.
Nos dimos cuenta que ni la distancia ni las rejas nos separan del todo. Que la "necesidad" se hizo compleja, y que los derechos son un reflejo de esta nueva lucha de clases.
Podríamos asegurar que el conflicto es lo nuestro, y que no sabemos cómo resolverlo.
Así y todo es nuestra misión llevar paz y construir. Así y todo debemos saber que no somos tan diferentes, y que esa distancia que generamos no es más que una diferencia de potencial o voltaje político.
Todo nuestro discurso de odio bien fundamentado se va por el caño cuando la impotencia ruge, y a nivel personal te ves destrozado, pero hermano reconvertite que hay otro lado. La oportunidad es inmensa, y esta vez no tiene que ver con saber de quién es la culpa o el cambio.
Involucrarnos como supimos hacer, antes que el miedo venga a vencer. Porque el miedo no se fué y es hoy doctrina, que nos mantiene en el estante de la vitrina, sin conocer nuestro vecino-mercancía; porque si así fuera al menos la curiosidad nos uniría. La esperanza sentimos que no avanza, y en el mundo de venganza inventamos cosas que no alcanzan.
Hacé lo que tengas que hacer, que acá no hablamos de ayer. Hablamos de decir y pulir los detalles que nos corrompen y que al parecer sólo podemos cambiar desde la base; porque con el mayor de los corajes no puede darse el lujo que otro brujo académico nos prediga el futuro numérico, cual hojita de excel lo que quiere resolver busca las celdas crecer de este complejo pastel.
Así y todo, conseguimos ser de mente abierta pero tan cerrados para no entender que hoy no es ayer, para no entender que somos muy distintos y debemos vivir juntos.
Nos dimos cuenta que ni la distancia ni las rejas nos separan del todo. Que la "necesidad" se hizo compleja, y que los derechos son un reflejo de esta nueva lucha de clases.
Podríamos asegurar que el conflicto es lo nuestro, y que no sabemos cómo resolverlo.
Así y todo es nuestra misión llevar paz y construir. Así y todo debemos saber que no somos tan diferentes, y que esa distancia que generamos no es más que una diferencia de potencial o voltaje político.
Todo nuestro discurso de odio bien fundamentado se va por el caño cuando la impotencia ruge, y a nivel personal te ves destrozado, pero hermano reconvertite que hay otro lado. La oportunidad es inmensa, y esta vez no tiene que ver con saber de quién es la culpa o el cambio.
Involucrarnos como supimos hacer, antes que el miedo venga a vencer. Porque el miedo no se fué y es hoy doctrina, que nos mantiene en el estante de la vitrina, sin conocer nuestro vecino-mercancía; porque si así fuera al menos la curiosidad nos uniría. La esperanza sentimos que no avanza, y en el mundo de venganza inventamos cosas que no alcanzan.
Hacé lo que tengas que hacer, que acá no hablamos de ayer. Hablamos de decir y pulir los detalles que nos corrompen y que al parecer sólo podemos cambiar desde la base; porque con el mayor de los corajes no puede darse el lujo que otro brujo académico nos prediga el futuro numérico, cual hojita de excel lo que quiere resolver busca las celdas crecer de este complejo pastel.
A lo largo del tiempo, como Argentinos fuimos encargados de llevar la política a nuevos espacios. Fuimos pioneros en debates abstractos, generamos discusiones de todo tipo contemplando todos los aspectos y aristas que un tema puede encontrar. Así y todo íbamos olvidando gran parte de nuestra gente. Así y todo nos íbamos blindando del otro.
Comments
Post a Comment